jueves, 17 de diciembre de 2009

Último encuentro del 2009


Este miércoles 23 de diciembre es el último encuentro del 2009.
Como cierre de este ciclo los invito a jugar una cadáver exquisito muy especial en visperas de la navidad y el año nuevo.

Por única vez nos juntamos en el bar Historieta Nacional - Honduras 5207 (Palermo)- donde tomaremos unos mates con tortas fritas y dejaremos volar la imaginacion entre cuadros de Quino , Caloi , Fontanarosa y Landrú entre otros.

Nos tomamos unos días del verano para poner las maquinarias de la fábrica a punto y en marzo de 2010 arrancamos un nuevo ciclo.

Gracias a todos los que compartieron este proyecto y a seguir creando.

Julia



martes, 8 de diciembre de 2009

Una imagen 1000 palabras- Irene Lovaine


Las intimidades de un elefante


Esta es la historia de un elefante que llevaron preso por no querer actuar en el circo que lo contrató durante años.La historia comienza así.

Esta vez le tocó actuar en la ciudad, donde el cemento rodea todo el terreno .Trompa, el elefante del circo se siente inquieto, acongojado. Está sentado con Mariíta su amiga, mirando el campo a su alrededor aunque sea pasto seco ,acá por lo menos es libre para caminar por el terreno .Los vecinos de la casa de enfrente son amables , le regalan zanahorias , y él pasea a sus niños y se divierte.El lugar llamado Villa La Desolada,lo cautivó.El paisaje aunque agreste y con poca vegetación le trajo recuerdos de su tierra de infancia , África.La gente es amigable , cariñosa y comprensiva; le regalan hierbas ,les pide ayuda para trasladar troncos y lo recompensan con un baño de abundante agua ,que el luego finalizará con otro de polvo y tierra.

Mariíta se sentó en un banquito para poder abrazarlo pero no llega a cubrir sus cuatro mil quilos con sus pequeños brazos.

Trompa decidió no actuar, de solo pensar que estará en un lugar que limita con una de las calles más transitadas y escuchar el ruido incesante de autos le molesta y además cerca de allí está la cancha de fútbol y los fines de semana el gentío que grita animando a su equipo preferido lo asusta, sabe que no podrá concentrarse para responder a su guía, ya está un poco sordo y cansado por los años.

Mariíta está su lado le promete copos de azúcar si se sube al camión para el viaje, pero Trompa está empacado no quiere .Su entrenador no lo castiga pero es portador de una de las caras más enojadas que haya visto .Mientras tanto ambos piensan, ella lo abraza y le dice que estarán juntos en esto, el fin de semana se acerca.

En ese preciso momento la madre de Mariíta sale de la casa como loca la llama:-¡Mariíta ¡Mariíta! , la pequeña asustada corre a ver que es lo que su madre le quiere decir con tanto insistencia.-Llegó correo de tu hermano!!,vení rápido.Marita se alegra y escucha lo que su mamá emocionada le lee.

Te escribo estas palabras desde Honolulu, estoy en la playa no puedo evitar describirte el paisaje, la arena blanca te invita a descalzarte , es fina irresistible para tomar un puñado entre los dedos y escurrirla entre ellos .Caminar sobre la arena es un masaje para los pies .Estoy sentado en ella bajo una palmera ,el mar está calmo .Su color es turquesa en diferentes tonalidades, mas claros oscuros .El lugar es un paraíso.Hay un olor a pescado fresco, la gente aquí se alimenta con frutos de mar ,tengo los labios secos de tanto salitre ,dicen que el agua de aquí tiene proporciones elevadas de sal.

Estoy frente a un muelle, al final tiene como dos quinchos de paja, el paisaje es hermoso. A esta hora no hay nadie en la playa a pesar de tener una temperatura de 40º.

Ya llega la expedición, es hora de trabajar, me dijeron que traen un presunto ahogado, estoy preparado para la resucitación y primeros auxilios .Creo que ya termino la residencia pero quiero volver a este lugar.Un beso nos comunicamos pronto.Los extraño.

El hermano de Marita es médico y está haciendo su residencia, desde la universidad lo llevaron para que haga un curso de perfeccionamiento .Ella tan entusiasmada olvidó a su amigo que en ese momento era llevado a la comisaría.

Cuando Trompa llega al recinto llevado por el comisario y su entrenador escucha el relato que está haciendo un niño en la declaración al sumariante.El chico dice que en ésta ocasión no ha robado pero una señora que está junto a él lo acusa y ofuscada insiste en que todos los viernes el chico roba caramelos y sale corriendo.

Ya entre rejas Kevin se hace amigo de Trompa y le cuento lo que sucedió.

Están allí en la vidriera, de muchos colores , rojos , amarillos , naranjas ,rodeados de azúcar y acomodados como en exposición.

Puedo sentir la sensación del azúcar raspando mi lengua y luego al masticar el contenido la goma pegándose en mi paladar .Caramelos de goma , ¡que rico! , ¡Cuanto hace que no como uno! Pero no tengo ni un centavo, solo las monedas para volver a casa.

Me arrebata la idea de robar un puñado antes de subir al micro, podría ser, estoy justo en la parada, podría lograrlo justo antes de que el colectivo arranque, no es la primera vez que lo hago, ¿quien va correr a un chico de la calle? A esta hora no hay nadie y me lo merezco después de vender flores toda la noche sin resultados. Piensa Kevin con la nariz pegada en la ventanilla

Pero es verdad Trompa en esta ocasión no robé nada solo estaba mirando, le dice Kevin.Trompa le cuenta el motivo de su presencia en la celda y ambos se consuelan esperando algo que cambie la situación.

Kevin le dice que podrían escaparse juntos, con su fuerza y el ingenio de ambos podría derrumbar paredes y huir.Pero no es la idea de Trompa, él está encantado con el lugar y salir huyendo no le permitiría seguir disfrutando.

Rato más tarde Marita llega al destacamento, no se había olvidado de su amigo.Le cuenta que todos los vecinos hicieron una marcha de protesta ante el circo y el dueño del mismo se dignó retirar la denuncia.Al mismo tiempo el niño es liberado por no encontrarle restos de caramelo entre sus dientes.

Los tres marita,Trompa y Kevin deciden como continuar.

Marita convence a sus padres de adoptar a Trompa y Kevin será el encargado de cuidarlo y alimentarlo para que deje de vender flores por la noche .Los tres disfrutan de los nuevos acontecimientos y celebran con copos de azúcar y caramelos de goma.

Marita recibirá a su hermano en el aeropuerto, alegría completa.

Irene Lovaine


El conflico - La visitante inoportuna

La visitante inoportuna

Versión fraile Agustín

Fray Agustín creía tenerlo todo controlado. El sótano de la Iglesia Santa María Maggiore, con sus libros incunables a los que nadie interesaba, acumulaba polvo por los siglos de los siglos. En el verano de Roma, si la ciudad está desierta, ni que hablar de la iglesia y su sótano. El lugar y la época eran absolutamente propicios para satisfacer su propósito. Y es que había logrado convencer a Sor Rigoberta de concretar allí, por fin, su amor prohibido. Ella llegaría a las seis de la tarde, hora de cierre de la biblioteca; él mientras tanto tendría tiempo suficiente para acondicionar convenientemente la escena: limpiar la sala, poner unas flores, encender los viejos candiles, apagar la luz eléctrica, improvisar un lecho. Agustín era el bibliotecario y disponía de la llave que cerraría para siempre la edad oscura de su insoportable celibato. No es que hubiera perdido la devoción y la fe; seguía siendo un católico ferviente, pero no menos ferviente era su deseo carnal. Razonadamente logró conciliar en su cabeza el amor a Dios y el amor a los hombres, en especial a los de sexo femenino.

Desde temprano Agustín no podía ocultar su nerviosismo. Se puso a ordenar los catálogos sin prestar la menor atención en lo que hacía. De pronto oyó unos pasos sordos en la escalera de piedra. Enseguida apareció una muchacha de unos veinticinco años cargando carpetas. La mujer saludó al fraile con sequedad y se instaló en una gran mesa de madera. Agustín contestó el saludo mascullando sonidos incomprensibles. Aun quedaba bastante tiempo, así que Agustín siguió haciendo que trabajaba, mientras su mente anticipaba el encuentro con su amada Rigoberta. Pasaba el tiempo y la chica seguía allí, sacando un libro tras otro y tomando apuntes. Los nervios del fraile comenzaron a crisparse. Miraba constantemente la hora.

Por fin se decidió a encarar a la chica invitándola a retirarse, con la excusa de que la biblioteca cerraba. La mujer, que conocía el horario y no parecía dispuesta a desalojar la sala ni un minuto antes, se lo hizo saber de mala manera, alegando unos supuestos derechos. El fraile apeló a su paciencia franciscana y regresó a su escritorio. Al cabo de un rato insistió:

–¿Le falta mucho?

–Lo necesario –respondió la impertinente sin siquiera levantar la vista de los papeles. Agustín tamborileó con sus dedos sobre la mesa.

Las horas pasaban y la chica no parecía tener ningún apuro en concluir su tarea

–Debo irme y tengo que cerrar –mintió el bibliotecario.

–Todavía no termino, aun queda tiempo y no hice doce mil kilómetros desde la Argentina para que me echen así como así.

–Puede volver mañana.

–Mañana regreso a mi país, así que...

–Pero...

–Pero nada. Si no le gusta llame a Monseñor Bergoglio, que es mi tío, y quéjese a él; habráse visto...

Agustín salió por un momento de la biblioteca para desentumecer el cuerpo y las ideas. No sabía qué hacer más que rezar, tragar saliva y encomendarse a la Divina Providencia. Cinco minutos antes de las seis volvió a acercarse a la inoportuna visitante anunciando el horario de cierre. La muchacha contestó algo entre dientes; el fraile acercó su cabeza a la de ella para escuchar mejor. En eso, una figura femenina apareció petrificada al pie de la escalera de piedra. Era Sor Rigoberta.

Fray Agustín la vio, la chica impertinente la vio, y Rigoberta los vio a ambos tan juntos, tan juntos... Agustín, con la espalda empapada en un sudor frío, apuró sus pasos al encuentro de su amante.

–Llega usted cinco minutos antes, querida –dijo él.

–Ah claro, ya veo, hasta las seis es el turno de la otra, hipócrita –espetó ella.

–Baje la voz, por favor –susurró él– yo le puedo explicar.

Sin haber llegado a escuchar por completo la conversación, la muchacha inoportuna comprendió la situación y se dispuso a aprovecharla para vengarse de su recientemente adquirido enemigo. Desabrochó los botones superiores de la blusa de modo que faltaran al decoro y elevando la voz como para que la escuchara todo aquel que tuviera oídos inquirió:

–¿Quién es esa, mi frailecito?

–Eso a usted no le incumbe, y no soy su frailecito, mocosa insolente.

–Me encanta cuando te ponés recio, amorcito –prosiguió la chica subiendo la apuesta.

–Esto ya es demasiado –dijo ruborizada la monja, y empinando la escalera como si fuera la rampa de lanzamiento de un transbordador espacial, salió eyectada.

–Querida... –sólo atinó a suplicar Agustín inútilmente.

Sin inmutarse, la visitante impertinente abotonó su blusa, juntó los papeles, se levantó de la mesa y al pasar frente al abatido bibliotecario lo saludó con un seco y cortante “buenas tardes”. De pie en el centro del salón, el fraile se quedó largo rato mirando incrédulo hacia la escalera vacía.

Al parecer de Fray Agustín, los resortes celestiales obraban de manera insondable: La Divina Providencia había salvado su alma y condenado su carne.

Claudio Mizrahi


Versión de la visitante María


María decidió que pasaría toda la tarde investigando sobre la relación entre la Iglesia y el Imperio en la época carolingia, en la biblioteca ubicada en el sótano de Santa María Maggiore en Roma.

Era agosto, el mes del calor agobiante en que los romanos huían a las playas. Le encantaba la idea de que disponía de la hermosa Roma casi para ella sola.

Era su segundo día en la ciudad pero todavía sentía el cansancio del viaje y la diferencia horaria.

Pensaba combinar paseos y algo de playa en esa ciudad que adoraba y que nunca terminaba de asombrarla, con investigación para su trabajo. Iba a usar la información que obtendría con fines múltiples: para sus enriquecer sus clases en la facultad y para obtener datos sobre la época en la que ambientaría la novela que estaba empezando a escribir. También para un ensayo que pensaba dedicar a la sociedad total que había existido en esa época entre la Iglesia y el imperio carolingio. Ese período histórico en los que se habían cumplido los postulados de Agustín. Agustín a secas, aclaraba ella, sin el “San” que hacía referencia a un santo declarado por la Iglesia. Un personaje que le disgustaba particularmente y que consideraba negativo para el cristianismo. Y se daría el gusto de escribir sobre ello.

Había ido a la biblioteca después del mediodía, y no sabía cuanto tiempo ya llevaba allí. Estaba maravillada ante esos incunables, maravillosos libros escritos a mano por los monjes agustinos cientos y hasta más de mil años atrás.

Era un milagro que hubieren logrado subsistir. Un punto a favor de la Iglesia, debía admitir, mucho que le pesara a esta cristiana crítica de la Iglesia Católica y descreída del dogma.

Las horas pasaron volando.

De pronto, notó que el fraile a cargo de la biblioteca la miraba con insistencia.

Se sentiría atraído hacia ella? Eso no la espantaba, al fin y al cabo, a pesar de que ella catalogaba como castrados emocional y sexualmente a todos los religiosos célibes, no dejaba de ser un hombre. No era anormal, era humano. Lo inhumano era el celibato, pensó. Quizás una causa más para abrazar. Pero no, ella ya tenía muchas, después de todo, que dejaran los hábitos y listo.

Volvió a concentrarse en la lectura, pero un rato después, el fraile comenzó a mirarla con mayor insistencia. Y ella comenzó a molestarse. El tipo no le gustaba, con su cara de nada, y su aspecto chupa-cirio y santurrón.

Quizás fuera no más que una pobre víctima del sistema, pero no dejaba de ser un representante de un poder que era el antagonista de sus muchas otras causas abrazadas: el derecho al aborto o la libertad sexual que el Iglesia demonizaba hasta extremos irracionales, como lo era negar la necesidad del uso del preservativo a pesar del flagelo del sida. Eso sí era una inmoralidad. Detestaba a esa cúpula eclesial, situada tan lejos de los pobres y tan cerca del poder político, económico y financiero. Ya escribiría sobre ello también.

Mientras pensaba todo esto, vio al frailecito acercándosele. Hizo como que no lo veía.

“Estamos por cerrar”, le dijo.

Ella consultó su reloj.

“Cómo! Si son las cuatro de la tarde y el horario de cierre es a las seis”, exclamó en un muy buen italiano.

“Pero hoy cerramos antes”.

Y por qué? Me gustaría saberlo.”

“Porque tengo un inconveniente personal, y como estoy a cargo de la biblioteca debo cerrar antes de irme”.

“Mire, pater, usted tendrá un inconveniente pero yo hice doce mil kilómetros desde Argentina para investigar para la universidad en la que doy clases, tengo muy pocos días y necesito todos y cada uno de los minutos en que esta biblioteca está abierta. Así que cumpla su horario”.

“Pero yo tengo que ir al médico” atinó a refutar el fraile.

“Cambie el turno y vaya otro día”, contestó ella.

“Bueno, la espero media hora más, luego se va porque cierro”.

“Ya le dije que no me muevo hasta las dieciocho horas, me tendrá que sacar con los carabinieri”.

“Usted no entiende, yo decido cuando cierro la biblioteca. Yo soy el encargado de la llave”.

“Yo no me voy, ya le dije. Pero si quiere, váyase usted, mientras yo me quedo estudiando. Lo espero aquí. Puede elegir”, contestó, sabiendo que era imposible lo que proponía pero casi disfrutando de la discusión que rayaba el absurdo.

“Usted está loca!” exclamó el fraile. “Con estos tesoros, dejarla sola. Ni loco, no puedo y no confío en Usted”.

“Como quiera”, repuso ella. “Pero yo me voy a las dieciocho horas.

“No entiende que necesito ir al médico? Soy diabético!” exclamó el fraile apelando a su piedad.

“A ver! Muéstreme su credencial de diabético!”

“No la tengo acá, y no tenemos credencial en Italia”.

“Póngase de acuerdo. No la tiene aquí o nunca se la dieron? Lo que yo creo es que usted miente. No es eso un pecado mortal para su religión? Tenga cuidado…”

“Mire, piense lo que quiera, pero yo tengo autoridad para echarla cuando se me antoje. Soy el dueño de la llave”.

Y yo tengo derecho a estar aquí; Y además tenga cuidado, que soy la sobrina de Monseñor Bergoglio, el obispo de Buenos Aires, el que salió número dos en la votación para Papa, recuerda? Y soy su sobrina favorita, sabe? Tenga cuidado que cuando Ratzinger muera, es probable que mi tío sea nombrado Papa. Y no dude que usaré mis influencias en contra suyo”, dijo, casi no creyendo en lo ridículo, infantil e inverosímil del argumento y de toda la absurda discusión.

La situación le divertía, le costaba creer que el fraile tomara en serio semejante disparate. Pero en su cara ella notó que le creía y hasta cierta frustración.

De pronto, para su sorpresa, el fraile no insistió más y se fue. “Espero que no verifique la información. Bueno, de última me voy, es lo peor que puede pasar. Y en realidad, no me vendría mal sentarme al aire libre a tomar un café o un helado”, pensó.

Siguió con su lectura, sintió un poco de lástima por el tipo que había hecho víctima de su capricho y sarcasmo, pero no estaba dispuesta a dar el brazo a torcer ahora. Porque? Porque sí, porque no le gustaba ceder, y porque ese tipo no le caía bien.

Pasó el tiempo, no supo cuanto, quizás un par de horas, cuando de pronto el fraile volvió a acercarse y le pidió que se retirara.

“Perdí mi turno en el médico, estará contenta. Pero ahora es el horario de cierre. Ahora váyase.”

“Son las seis menos cuarto, aún tengo quince minutos”, dijo luego de consultar su reloj.

“No, a las seis tiene que estar cerrado, por eso debe retirarse antes, quince minutos antes. Como en los museos, vio?, replicó el cura.

En realidad, ya su cuerpo le imploraba salir a tomar aire fresco y un buen macciato en algún café cercano, pero igual decidió continuar con la farsa un poco más. “Muéstreme dónde dice eso, porque el letrero no habla de diecisiete cuarenta y cinco, sino de dieciocho horas”.

“Usted es imposible, señorita, así jamás conseguirá un hombre!”

“Y usted qué sabe! Cómo sabe sobre el tipo de mujeres le gustan a los hombres?

O acaso usted tiene experiencia en eso?”.

De pronto, una figura femenina apareció, mostrándose sorprendida ante su presencia. Se trataba de una monja, relativamente joven.

“Ve, ahora somos dos! Ella también viene a usar la biblioteca hasta las seis de la tarde, como yo”, dijo por decir, sin pensar demasiado.

El fraile fue directamente al encuentro de la monja. Ambos parecían conocerse bien. Se los notaba entre ofuscados y atemorizados, y discutían por lo bajo.

Ahí se dio cuenta de que la monja no venía a la biblioteca.

Pero entonces, a qué vendría? Lo averiguaría.

Comenzó a imaginar una historia. Sería amante amiga o del cura? Por qué tanto misterio y recelo? Decidió quedarse y utilizar alguno de sus muchos “métodos” de investigación sobre el tema. Quizás descubriera una historia que contar, un tema para otra novela.

Se levantó y se acercó al fraile y a la monja, tratando de imaginar lo que diría, en cómo improvisaría una comedia que estaba por comenzar a actuar.

Miriam O.

martes, 1 de diciembre de 2009

sorteo!!! y los ganadores son...Renata Nakamura

Características del protagonista:

Sexo: Mujer

Aspecto físico: Oriental

Aspecto psíquico: Feminista

Afección: Piojosa

Profesión: Actriz / tintorera

Ambientación:

Lugar: La vereda de un barrio

Acción: Comprar

Situación: En la cola

Obstáculo: Es buscada

Meta: Conseguir trabajo

Renata Nakamura

No era el mejor día para Renata Nakamura. Con la heladera exhausta, no tenía más remedio que soportar la cola para entrar al supermercado que ya ocupaba buena parte de la vereda. En su barrio, a las siete de la tarde, no queda otro lugar abierto donde comprar las viandas para la reunión de la liga feminista.


Esta noche le tocaba a ella ejercer de anfitriona y, atolondrada como siempre, se había dado cuenta de que no tenía nada para ofrecerles cuando las invitadas ya estaban en su casa. Renata había bajado a hacer las compras dejando a las chicas apoltronadas frente al televisor viendo Crónica TV.

Renata no es fea, y es este el mayor elogio que se le puede dispensar. Porteña, hija de japoneses, “la ponja” tiene treinta y tantos. Trabaja en la tradicional tintorería familiar, pero ya no aguanta más ese trabajo aburrido y agotador.


Tan agotador como la cola del súper chino que no avanza. Y el tiempo que también se agota. Debe preparar la picada para el grupo feminista y encima después tiene clase de teatro.

La llegada al taller de teatro es el momento de la semana que Renata espera con mayor ansiedad; no así sus compañeros, que la reciben con la más absoluta frialdad. Cuando Renata entra se produce un silencio surcado apenas por el murmullo de la frase “ahí viene la loca”, o a veces, ahorrando las palabras, un elocuente alzamiento de cejas señala la puerta. Tal unanimidad por supuesto no puede ser gratuita, Renata aporta lo suyo para lograrla. Y es que persona más sucia y descuidada no se ha visto en el mundo que no sea linyera. Para dar una ligera noción del nivel de descuido personal que la señorita Nakamura ostenta, nótese que aunque de chica tiene piojos, nunca ha hecho nada por resolver el problema; diríase más bien que los piojos son sus mascotas.

Tales son las condiciones de la personalidad de Renata que dificultan su relación con los compañeros de teatro. Cuando hay que realizar algún ejercicio en parejas nadie la elige, siempre queda sola y el profesor debe apelar a sus mejores dotes actorales para soportarla como compañera de ejercicio. Los hombres huyen sistemáticamente de su presencia. De este hecho triste pero real, más que de una supuesta posición ideológica, nace su feminismo militante.

La cola avanzó dos metros en diez minutos y ella aun no pudo entrar al súper. La reunión del grupo se prolongará irremediablemente y llegará tarde al taller de teatro. En cualquier momento Renata va a estallar.

Aunque participó tan solo en papeles secundarios en un par de representaciones mediocres del taller, Renata Nakamura se considera a sí misma una actriz. Quiere dejar la tintorería. Quiere trabajar de lo suyo (nada ni nadie le quitará de la cabeza que lo suyo es ser actriz.) Quiere ser famosa. Aspira a escribir, dirigir y protagonizar una pieza feminista que revolucionará la escena y dará la vuelta al mundo.

Mientras tanto, aun a pasos de la entrada al supermercado, Renata mira la hora, mastica bronca, se rasca la cabeza. De pronto sale del súper un hombre cargado de bolsas. Renata le ve cara conocida. El hombre, hecho una furia, encara a Renata:

–A vos te estaba buscando, desgraciada. Te dejé mi traje de fiesta en la tintorería y me lo devolviste lleno de piojos –decía el hombre levantando un dedo acusador cargado con cuatro kilos de fruta.

Y Renata estalló.

En el televisor las placas rojas de Crónica se sucedieron una tras otra:

“Único medio: DESCOMUNAL BATAHOLA EN SUPERMERCADO CHINO.”

“HAY TRES CONTUSOS Y UNA JAPONESA PERDIDA EN ESTADO DE SHOCK.”

“APARECIO JAPONESA CULPABLE DE GRESCA.”

Y sí, Renata Nakamura había aparecido. Ahora es la celebridad más famosa del Neuropsiquiátrico Braulio Moyano. Dirige la compañía teatral formada por los internos del instituto. Renata es feliz.

Claudio Mizrahi

11 Encuentro -EL CONFLICTO


¿Qué es un conflicto?

El conflicto es el choque dramático entre fuerzas o voluntades opuestas que comparten un mismo fin. Es, a la vez, la base y la materia que constituye todo drama, y, en consecuencia, sin él no hay argumento dramático. Si lo ponemos en términos de Greimas, el conflicto se desarrolla cuando un sujeto, en búsqueda de su objeto, se encuentra y choca con la fuerza oponente.

El autor brasileño Doc Comparato define al conflicto como "el enfrentamiento entre fuerzas y personajes".

El norteamericano Neil Simon decía que él partía del deseo insatisfecho del protagonista y que ello lo conduciría al conflicto.

Por su parte, el inglés Charles Chaplin, solía contar: "Mi método es meter a un tipo en un problema y después ver cómo sale de él". ¿Adónde lleva esto? Al conflicto...

Coincidencia absoluta, más allá de nacionalidades o escuelas.

  • 2 sistemas que se oponen: diagrama de oposición antagónica
  • Mundo de los matices: Sujeto dramático- objetivo del sujeto - obstáculos –voluntad del sujeto
Este jueves en la fábrica conoceremos distintos tipos de conflictos, su clasificación y ejemplos en films. Y trabajaremos en parejas conflictuando personajes.

Los espero!!!


jueves, 26 de noviembre de 2009

Las 28 palabras (y una de yapa 4)

Aborigen-Bélgica-Capital-CHamuzcado-Duende-Ecología-Foto-Guia-Hombre-Imagen-Jalisco-Kilo-Lumbar-Molusco-Niño-Ñoqui-Oro-Puro-Quijote- Risa-Suerte-Tonto- Uno- Verdoso- Wenceslao-Xilofón-Yema-Zurdo-

La imagen de aquella foto le traía recuerdos, y se quedó allí parado mirando en su camino por la Capital. Ya hacía tiempo que había recorrido todos los negocios en busca de ese duende metálico para llevarle a su hijo luego de su jornada de trabajo.

Por la mañana buscó en la guía telefónica las páginas amarillas donde figuraban innumerables cantidades de jugueterías. Decidió recorrerlas antes de volver a casa y tener suerte de encontrarlo, pero se sentía un tonto entrando en cada una de ellas y preguntando sobre el duende metalizado y advertir la cara burlonas de las empleadas y siempre la misma respuesta, no señor solo tenemos duendes verdosos.

Quién entendería los deseos de un niño y los de un hombre por complacerlo. Si supieran el trabajo que tengo y estoy aquí para darle el gusto a mi hijo!, pensaba, si supieran que ese duende es resultado de los cuentos que noche a noche me invento antes de dormir y es una de las formas que tengo de comunicarme con él. Solo imaginaba la cara de risa que su hijo le haría al llegar con el juguete.

El sol oro calentaba su cabeza pero no dejaba de mirar esa publicidad en la avenida que lo detuvo de su andar y lo atraía, un aborigen con las zapatillas de esa marca tan renombrada, Wenceslao

¿Qué era lo que le llamaba la atención? Por un momento se trasladó a Jalisco donde habían recorrido con su hijo una muestra cultural y el pequeño se desbordó con sus preguntas sobre ecología.¿O sería el parecido de ese hombrecito a aquel que en Bélgica le hizo comer yema de huevo con vino?¿O serían las zapatillas que le recordaban su participación en aquella maratón por la ruta disfrutando del aire puro?¿o sería el recuerdo de esa figurita que su niño recortó de la enciclopedia familiar con la tijera desafilada y demostrando sus cualidades de ser zurdo?

Como un molusco enfrascado en sus pensamientos no podía resolver lo que la imagen le decía .El dolor lumbar le anunciaba que ya no le quedaba tiempo y los embotellamientos de la tarde lo demorarían.

Por cierto las bondades de ese duende metálico hicieron que se detuviera y reflexione sobre el deseo de complacer al niño en cada cosa para suplantar el tiempo que su ajetreada vida le quita.

Al detenerse encontró la respuesta, los cuentos eran una manera maravillosa y fantástica de llegar a pensamientos profundos ,como un Quijote .Debía reconocer que su paciencia tenía un límite y había huido de casa al mediodía cuando solo comió un ñoqui al sentir olor a pelo chamuscado que provocó el pequeño jugando con fósforos y el tintineo incesante del xilofón.

En ese instante decidió dar rienda suelta a su imaginación y comprar un kilo de helado para la hora del cuento y disfrutar uno de los días más lindos por vivir .Después de todo el insólito duende metálico había movilizado su interior.

autora: Irene Lovaine


imagen extraida del blog:

http://eimper-imagenesfantasia.blogspot.com

Las 28 palabras (y una de yapa 3)

Las 28 palabras del abecedario

AMELIA-BANCO –CALMA-CHARANGO-DEMIAN-ELEGANCIA-FACULTAD-GOTAS-HERMOSURA-IDEOLOGÍA-JUNTOS-KILÓMETROS –LUNA-MARIPOSAS-NIÁNGARA-ÑUDO-OPERACIÓNES-PERSEVERANTE-QUIRÓFANO-REHABILITACIÓN-SENSACIONES-TENTACION-UNIDOS-VALENTÍA-WILSON-XASOFÓN-YASMIN-ZAPATOS

AMELIA y YASMÍN eran amantes de las aventuras, estudiaban Hotelería y Turismo en una FACULTAD muy importante del país. Como eran las mejores alumnas la institución decidió becarlas para que fueran a conocer las cataratas del NIAGARA.

Ni bien se enteraron de la noticia fueron a armar el bolso. Cuando llegaron al hotel y desarmaron las valijas Yasmín se dio cuenta que le faltaban sus desgastados ZAPATOS de la suerte y mil SENSACIONES diferentes le invadieron el cuerpo, sabía que si no los tenía algo podría salir mal pero era muy tarde para regresar. Amelia insistió, al ÑUDO como tantas veces, en que no debía ser tan supersticiosa porque esa IDEAOLOGÍA no la favorecía en su crecimiento personal. Yasmín hizo caso omiso y se sentó en un BANCO a hacer el duelo por sus zapatos olvidados.

Al levantar la vista, después de estar regando durante una hora el jardín con agua salada, vio la HERMOSURA materializada, a los pocos minutos se enteró que portaba el nombre de DEMIAN, al mirarse se reconocieron y a partir de ese momento ambos supieron que debían estar JUNTOS para toda la vida. Gracias a su aparición se olvidó de sus zapatos y de las desgracias que su cabeza había proyectado para esa estadía.

Amelia sintió alegría por su amiga y más aún cuando se enteró que el joven estaba acompañado por un amigo, que si bien no era tan bello, tenía una ELEGANCIA que lo distinguía de los demás y mucho más se enamoró después de descubrir que tocaba el SAXOFÓN porque esa melodía la transportaba a su niñez, cuando su abuelo la invitaba los domingos a comer pastas y tocaba ese instrumento.

Al día siguiente las esperaba las cataratas, esa noche la CALMA se fue de paseo y en su lugar una ansiedad difícil de definir las acechaba.

La mañana era más fresca de lo habitual, una brisa leve movía las cortinas de la habitación de Amelia y el silencio fue interrumpido por las notas de un CHARANGO que la despertó.

El músico era WILSON, su media naranja, sabía tocar más de diez instrumentos pero al hotel sólo había llevado dos porque eran los que más le gustaban. Improvisó una breve serenata y ella se sentíó como salida de un cuento de hadas, GOTAS multicolores brotaban de sus ojos verde-azulados.

Desde la otra habitación Yasmín discaba el teléfono para avisarle que debían apurarse porque tenían que recorrer varios KILÓMETROS para llegar hasta el Niágara. Amelia no lo oía porque estaba anonadada con su príncipe. El hechizo se rompió cuando tres golpes inminentes sonaron en la puerta y la obligaron a atender. Yasmín llena de furia empezó a vociferar cuanta palabrota se le venía a la boca y ella la miraba sin reaccionar. Wilson guardó su charango y subió como una bala a la habitación para defender a su princesita.

Los ánimos se calmaron cuando apareció Demian quien no necesitó ir hasta la habitación de su enamorada porque los gritos que profesaba le habían permitido ubicarla rápidamente. Él pensaba declarle su amor y pedirle que se comprometieran frente a las cataratas pero al ver semejante cuadro lo hizo allí y le entregó después de pronunciar unas dulces palabras un cofre que tenía en su interior un delicado anillo de nácar. Ella ruborizada por la situación lo besó tiernamente en los labios y partieron los cuatro rumbo al paradisíaco lugar.

La tarde lentamente iba haciendo su aparición, los ojos le quedaban chicos para ver semejante maravilla, las palabras estaban de más , solo se dedicaron a contemplarla por varios minutos hasta que un pequeñuelo interrumpió su estado de éxtasis para entregarles un volante en el que se promocionaba un paseo en lancha para conocerla desde otra perspectiva, la TENTACIÓN fue grande y accedieron.

En el momento de subir Yasmín volvió a recordar a sus zapatos y sintió que mil MARIPOSAS invadían su diafragma, la sensación duró unos instantes y la perturbó pero Demian la tomó fuerte de la mano y nuevamente la VALENTÍA volvió a ocupar su lugar y los lepidópteros volaron lejos de allí.

El gomón en el que subieron era pequeño, iban seis pasajeros, el que lo conducía y el pequeño que les había entregado el volante. Estaban tan UNIDOS que parecían haber entrado a presión. A Yasmín le tocó ir sobre uno de los bordes y tras una maniobra complicada cayó al agua, todos empezaron a gritar, ella había perdido la conciencia y flotaba como una rama seca, el conductor hábilmente logró rescatarla y la trasladaron al hospital más cercano.

Demian se sentía culpable por no haberle cambiado el lugar, Amelia y Wilson le hacían entender que nadie había sido el culpable, aunque ella muy en su interior sospechaba que los únicos culpables habían sido los desgastados zapatos de la suerte que se estaban vengando por no haber ido a ese lugar mágico.

Muchas LUNAs pasaron, la sometieron a varias OPERACIONES porque su brazo había sufrido una fractura expuesta. Demian no se movía de la puerta del QUIRÓFANO mientras practicaban las operaciones. Ella al saber que eso sucedía se sentía protegida y el miedo no se animaba a habitarla.

La REHABILITACIÓN fue un éxito, los médicos dijeron que se debió a que ella fue una joven muy PERSEVERANTE y no se dejó vencer por los obstáculos presentados. El brazo le quedó bien y su amor por Demian se volvió incondicional.

Yasmín y Amelia se recibieron de Licenciadas y junto a sus maridos, Demian y Wilson, se dedican a realizar turismo aventura durante dos meses en el año.

Lo primero que guardan en el bolso son los desgastados zapatos de la suerte de Yasmín

Flavia Hein.

Foto de Cataratas del Niágara

martes, 24 de noviembre de 2009

10 encuentro ¡SORTEO!





¡¡Sorteo!!
¿Qué les dice esta palabra? sorteo, tiempo en el aire: Bingo, lotería, azar, ganar, rifa, numerito, quiniela, gordo navideño, sal o sale, poceada, la solidaria, telekino telekino, mono bingo, la danza de la fortuna...

Bueno no, no tiene que ver con nada de eso pero cualquier cosa que pensemos con respecto a la palabra sorteo nos lleva a una dirección: el juego.
Y como les vengo diciendo desde que empezamos el taller, esa es nuestra misión jugar mucho, jugar con las palabras para crear historias, personajes y relatos maravillosos. Y si ganamos algo mejor...

Bueno con este sorteo no sé si se van a forrar de
verdes billetes, pero les puedo garantizar que van a ganar una historia (que esa historia sea un éxito y los haga ricos, ya depende de ustedes, pero las herramientas con seguridad las vana a ganar)

Entonces los espero este jueves 26 de nov. las 19 para participar de este
¡¡¡Increíble Sorteo !!!
un juego de azar con números y columnas que nos ayudarán a organizar una historia o relato.

domingo, 22 de noviembre de 2009

El cuento recontado Hansel y Gretel

En una mísera cabaña junto a un bosque vivía un leñador, su esposa y sus dos hijos. Se diría que era una familia feliz, salvando el hecho de que habitaban una choza pedorra y pasaban necesidad. Los niños eran hijos adoptivos, pero a pesar de ello –o precisamente a causa de ello– sus padres los amaban más que si fueran hijos de su carne. Para poder sustentarse, todos debían cumplir alguna tarea. Los chicos se encargaban de ir a buscar agua a un arroyo que pasaba por el bosque.

Un día, encontrándose los dos niños solos junto al arroyo, mientras la hermanita que se llamaba Gretel dormía la siesta, su hermano Hansel salió a pasear por el bosque. Caminó y caminó tanto que llegó al final del bosque, y en una verde llanura moteada de flores vio una hermosa casita hecha de golosinas. Se comió un postigo de chocolate, varias baldosas de caramelo y una baranda de chupetín, hasta empacharse. Como ya caía la tarde y tuvo miedo, se dispuso a regresar al arroyo. Con la idea de poder volver a encontrar la casita de dulces, Hansel juntó todas las piedritas que pudo y las fue desperdigando en su camino de vuelta. Llegó a un lugar del arroyo que estaba alejado de su punto de partida, pero supo guiarse a lo largo de la orilla hasta encontrar a su hermanita, que lo esperaba llorando, sola y abandonada.

Volvieron a la casa muy tarde y sus padres los recibieron en la puerta desesperados, con lágrimas en los ojos. Hansel, que era muy turro, le echó la culpa a Gretel:

–Esta nena tonta se perdió en el bosque y tardé un montonazo hasta encontrarla.

Gretel, que era ciertamente una nena bastante tontita, no supo rebatir la mentira de su hermano más que largándose a llorar.

Al día siguiente, los niños volvieron a buscar agua al arroyo. Después de almorzar, Gretel como siempre se quedó dormida, y Hansel aprovechó para abandonarla.



–La casita de golosinas está muchísimo mejor que nuestra miserable tapera –decía Hansel para sus adentros– y no me banco más a esta nena llorona y a los papis que siempre le dan a mi hermana todos los gustos. El otro día ella comió remolacha y a mí me dieron cebolla. La voy a dejar acá para que se muera de hambre o se la morfen los cuervos.

El astuto Hansel, siguiendo el camino sembrado de las piedritas arrojadas el día anterior, llegó fácilmente hasta la casita de dulces. Después de comerse una buena porción del revoque de crema chantillí, abrió la puerta de bizcochuelo y entró.


La casa estaba habitada por una dulce viejecita que vivía sola hacía muchos años. Recibió al niño con alborozo y con la sorpresa de encontrar por allí a un chico solo. Hansel le metió un bolazo que la inocente viejita creyó, y se quedó a vivir con ella.

Mientras tanto, perdida en el bosque, ya sin una migaja que comer, Gretel agonizó penosamente hasta que la sabia naturaleza la convirtió en comida de cuervos y gusanos.

Al principio, Hansel estaba a gusto con la viejecita, que lo quería como al nieto que nunca tuvo. Pero algo comenzó a fastidiarlo: la anciana le reprochaba el comerse todos los dulces que el capricho de Hansel demandaba.

–Nos vamos a quedar sin paredes –solía decir la vieja– y ya tengo goteras en el techo de chocolate sobre mi cama.

A Hansel nada de eso le importaba, y la dulce viejecita ya le estaba hinchando las pelotas. Un día en que la anciana cocinaba pan en el horno, Hansel la empujó hacia adentro, cerró la puerta y la dejó morir calcinada.

Desde ese momento, Hansel vivió feliz y contento en la casita de golosinas dándose todos los gustos, pues en la casa había encontrado joyas y mucho dinero.

Ah, me olvidaba: Los padres de Hansel y Gretel, habiendo perdido a un tiempo a sus dos hijos, languidecieron desconsoladamente hasta morir de pena. Y colorín colorado, este cuento ha terminado.


Claudio Mizrahi

viernes, 20 de noviembre de 2009

Evelina Roniee- anagrama

EVELINA RONIEE
Tiene 24 años es alta y delgada ,con cabello largo y lacio. Su piel blanca contrasta con el color de sus ojos negros. Rasgos finos y delicados se acentúan con sus cejas abundantes que le dan un toque original a su mirada.
Casi siempre va vestida de vestido o pollera que le disimula sus pies grandes ,al mismo tiempo le dan distinción a sus esbeltas piernas.
La condición acomodada de sus padres le permite vivir sola en un departamento en la ciudad mientras estudia psicología .Proviene de un pueblo al que nunca le gustó , ya de pequeña odiaba la tierra y las ventiscas que le enredaban su cabellera.
De carácter sociable ,chispeante e inteligente supo conquistar una cantidad considerable de amigos en trasnochadas de pueblo en pueblo .Pero a pesar de eso siempre dijo que se iría a la ciudad tras sus ambiciones
Ultima hija después de cuatro varones ,la consentida de la familia. Su madre la inició en el arte de ir de compras y vaciar los negocios de la ciudad los fines de semana .Así , Evelina fue adquiriendo lo que hoy se llama adicción a las compras .Colecciona los aparatos mas impensados para embellecer su cuerpo .El último que duerme en el armario de su cocina es un masajeador de pies y controlador de juanetes.
Aunque de vida efímera tiene convicciones firmes y sentido de solidaridad .En una ocasión organizó un evento para techar la escuelita de su pueblo arrasada por un temporal.
Actualmente no tiene pareja, rechaza una y mil veces a su primer novio que todavía la pretende y por la cual sus padres darían lo que sea por casarla como Dios manda.
Evelina tiene ambiciones más elevadas, quiere terminar su carrera y si es posible realizar un master en el exterior. Aunque fiel a éste propósito en su vida sentimental es muy enamoradiza y se deja seducir por galanzotes que la llevan a desengaños amorosos y complicaciones .Luego recuerda sus aventuras con detalles que le permite hacer catarsis con sus amigas .Y no deja de leer las predicciones astrológicas antes de salir de su departamento decorado con perlas y adornos de ocasión y con olor a sahumerio de jazmines.

Irene Lovaine